No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Pero si no tenemos nada, ¿cómo podemos perderlo? Y lo que es peor, ¿cómo podemos saber que hemos perdido lo que no tenemos?
Muy a menudo vemos pasar nuestra vida sin atrevernos a aceptar y a ser protagonistas de los que nos ha tocado vivir. Estamos como adormecidos. Nada más cuando vemos nuestra fecha de caducidad escrita, reaccionamos y entendemos de que iba todo esto. Como decia el maestro Gil de Biedma: \"Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde\". Normalmente, demasiado tarde. ¡Qué tengamos suerte!