Tinieblas, por fin es un título de broma sobre algo grave, una salida muy de Ramón, un tío de aspecto serio con una gran vis cómica, especialmente dotado para el subgénero de los chistes malos.Para ser una persona paciente y tranquila, Ramón Rodríguez ha grabado un volumen de música tan grande y de un modo tan constante que incluso por un momento él mismo se sorprendió. Por eso esta vez decidió tomarse las cosas con calma y se esforzó en trabajar más lento. El proceso fue efectivamente lento, pero no calmado.Tinieblas, por fin es el resultado de varias tensiones superpuestas y es sobre todo Ramón mirándose al espejo y mirando al exterior. Se obligaba a utilizar nuevas estructuras al componer, a arreglar la música de otras formas y a sacar las letras de la tripa, improvisando libremente (táctica, más que técnica, que empezó en “Libre asociación”, su anterior disco).“No puedes ver la tele durante diez minutos sin sentirte estafado. Sentí que no era correcto cantar sobre otra cosa en este momento, lo quería hacer con letras sutiles, no politizando. Es como cagarte en estos señores de una manera elegante”. “Se trata de un disco luminoso, creo que el que tiene más matices de todos los que he hecho” confiesa Ramón, el hombre que se hizo llamar The New Raemon.