Esa peculiar forma de tocar, casi oculto entre la guitarra y su propio pelo, escondiéndose de algo y dejando que esas potentes letras y esa forma de rasgar la guitarra hablan por sí solas. Asombra esa revisión de la música tradicional, de una música tradicional que ni siquiera forma parte de un imaginario concreto, pero que se puede sentir. Campo, lucha, revolución y tradición: todo eso late dentro de la música de Kiko Sumillera. Y mucho más.