Hace tiempo que las giras de Lloyd Cole se suceden sin banda de acompañamiento. El formato acústico, no obstante, rara vez menoscaba cancioneros imborrables. Y el suyo, qué duda cabe, lo es. No hay carencia infraestructural que pueda con eso. En esta ocasión, y al igual que ya ha ocurrido en Barcelona o Valencia, el británico se hará acompañar por su hijo William, de 23 años. Casi obligado por las circunstancias a recuperar los temas de su etapa más popular, la de los tres álbumes que facturó junto a The Commotions y los cuatro primeros que despachó ya en solitario, Lloyd Cole ha vuelto a la carretera para resucitar su classic songbook, el que va de 1983 a 1996. El listado de temas que está abordando en estos directos es impecable: Desde su versión del “Sometimes It Snows In April” de Prince hasta la siempre devastadora “Forest Fire”, pasando por “Patience”, “Brand New Friend”, “Like Lovers Do”, “No Blue Skies”, “Hey Rusty”, “Long Weekend”, “Rattlesnakes” , “My Bag”, “Perfect Skin”... y así hasta “No More Love Songs”, la única que vio la luz fuera de ese periodo.
Ajeno el runrun de las modas, hace ya mucho tiempo que Cole se ganó con creces el calificativo de clásico. Su influencia a lo largo de las tres última décadas ha sido tan patente como la que él mismo asumió de Bob Dylan, Lou Reed o Tom Verlaine, cuyas escrituras releyó para adaptarlas al jangle pop que nutría los surcos de Rattlesnakes (1984), Easy Pieces (1985) o Mainstream (1987), así como sus primeros discos en solitario, Lloyd Cole (1990), Don't Get Weird On Me, Babe (1991), Bad Vibes (1993) o Love Story (1995). Todos ellos, surtidos de extraordinarias canciones pop, abastecen el temario de esta gira, en la que si algo no falla es su habitual derroche de clase y elegancia.