Y de pronto empezó a sonar rocanrol. Así, sin comerlo ni beberlo. Cinco amigos de toda la vida, de los de patio de colegio y guardería, se embarcan en transmitir a viva voz y aporreando instrumentos, sus venturas y desventuras. Con la ilusión por bandera del que hace ruido por liberar el alma, Noprocede es eso, una litrona envuelta en papel de regalo con ganas de soñar.